Save the Children acaba de lanzar la segunda edición del informe “Nacidos en la crisis climática”, un documento elaborado junto con la Universidad Vrije de Bruselas, que presenta tres posibles escenarios de cómo puede llegar a ser el calentamiento global en 2100.
Una línea analiza qué ocurriría si se lograse alcanzar el objetivo ideal acordado por los países que forman parte del Acuerdo de París -que el aumento de la temperatura media global no supere los 1,5 grados-, qué sucedería si la temperatura media global aumentase en 2,7 grados -el compromiso que los países han alcanzando hasta ahora-, o si no se toman medidas efectivas y el aumento alcanza los 3,5 grados.
Teniendo en cuenta los compromisos adquiridos por los países, así como las tendencias en las emisiones, el informe detalla que en este momento vamos camino a un aumento de 2,7 °C de la temperatura media global, un escenario que, de hacerse realidad, en España significaría que el 94 % de los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarían a una exposición sin precedentes a las olas de calor, en comparación con el 26 % de los nacidos en 1960. Sin embargo, esta cifra se reduciría al 65 % de los niños y niñas si se cumple el objetivo del Acuerdo de París.
Por ello, desde Save de Children señalan que los Gobiernos deben esforzarse para eliminar de forma "progresiva pero urgente" los combustibles fósiles e invertir en energías renovables para proteger a la niñez y hacer frente a la pobreza y la desigualdad, todo ello "garantizando que la transición no cause daños a las comunidades más afectadas".
Carmela del Moral, responsable de incidencia social y política en Save the Children: “Si presionamos a los líderes políticos y a la comunidad internacional para que dé un paso adelante y limite el calentamiento global a 1,5 grados, 58 millones de niñas y niños en el mundo —casi la mitad de las 120 millones de niñas y niños que nacieron en 2020— no se enfrentarían a una exposición sin precedentes a los fenómenos extremos durante toda su vida".
Ante un futuro incierto
La investigación muestra no solo el futuro al que nos enfrentamos sino también la diferencia del impacto del cambio climático entre los nacidos en los años 60 y en el 2020: el 24 % de los niños y niñas nacidos en 2020 sufrirían sequías—frente al 8 % de los nacidos en 1960—, el 10 % presenciarían pérdidas de cosechas—frente al 4 %—, y el 20 % experimentarían incendios forestales—en comparación con solo el 3 % de los nacidos en 1960. En resumen: las probabilidades de estar expuesto a fenómenos climáticos extremos se duplican o triplican para los niños nacidos en 2020 en comparación con sus abuelos.
Carmela del Moral, responsable de incidencia social y política en Save the Children: “Aunque sus abuelos experimentaron las olas de calor, las inundaciones, las sequías o los incendios forestales como sucesos excepcionales y poco comunes, las nuevas generaciones tendrán que enfrentarse a estos fenómenos con una frecuencia, intensidad y duración cada vez mayores”.
En España, acabamos de vivir un episodio de calor extremo fuera de lo común para finales del mes de mayo: las temperaturas batieron récord en algunas ciudades la semana pasada, como en Zaragoza, que alcanzó los 37,5 grados, o Jerez de la Frontera, donde el mercurio rozó los 40 grados, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Un calor "inusual" que "nos vuelve a mostrar la necesidad de actuar para mitigar los efectos de la crisis climática, y especialmente en la infancia, la más vulnerable", afirma del Moral.
A todas estas evidencias del cambio climático se suma la DANA que arrasó gran parte de la provincia de Valencia a finales de octubre del pasado año, que según la ONG puso en evidencia la falta de adaptación y preparación ante este tipo de episodios, que tuvo consecuencias catastróficas. Especialmente para los niños y niñas de la región, ya que muchas familias sufrieron pérdidas de ingresos y viviendas, impacto al que se suman las alteraciones en el ámbito educativo por las devastadoras inundaciones.
La pobreza, un factor agravante
La pobreza es un factor clave para determinar el grado de exposición de la infancia a este tipo de desastres naturales. Los niños y niñas con menos recursos sufrirán más las consecuencias de la crisis climática en España, de acuerdo a otro estudio de Save the Children sobre la exposición al clima de los niños y niñas por su nivel de renta. Esta investigación enseña que la infancia de Andalucía (39%), Murcia (37%) y Extremadura (35%) serían las más impactadas por la crisis climática y la pobreza, una doble vulnerabilidad.
Además, en Aragón, Catalunya y La Rioja —las comunidades más afectadas por el cambio climático—, al sumarse el factor de pobreza, el porcentaje de niños y niñas afectados por ambos factores se reduce a 25%, 26% y 20%, respectivamente, apuntan desde la organizaicón.