Según recoge la agencia de noticias taiwanesa CNA, el reactor número 2 de la planta de energía nuclear de Maanshan, ubicada en el condado de Pingtung -al sur del país-, comenzó a reducir gradualmente su producción de electricidad después del mediodía y fue desconectado de la red y apagado de manera segura el sábado por la noche, llegando su producción de energía a cero alrededor de las 10 de la noche.
De este modo, el último reactor operativo fue silenciado este fin de semana al expirar su licencia de operación de 40 años, convirtiendo a Taiwán en la "patria libre de armas nucleares" que los activistas antinucleares habían esperado durante mucho tiempo.
El entierro de la era nuclear taiwanesa
Aunque la era nuclear taiwanesa ha llegado a su fin, tras el desmantelamiento progresivo de los reactores de las plantas de Chinshan y Kuosheng entre 2018 y 2023, los desechos nucleares seguirán siendo un legado que Taiwán tendrá que afrontar, incluso aunque sus reactores hayan sido silenciados.
Se espera que la extracción de las barras de combustible del núcleo del reactor comience en los próximos dos días, colocándolas primero en la piscina de combustible gastado del sitio, un proceso que se prolongará durante unas dos semanas, según su operador, la empresa estatal Taiwan Power Co. (Taipower).
Un funcionario de la Comisión de Seguridad Nuclear taiwanesa explicó a la agencia CNA que, si bien el problema con las instalaciones de almacenamiento en seco al aire libre para el combustible nuclear gastado se ha resuelto, en última instancia se debe encontrar un sitio de disposición final: "Gestionar el proceso de selección del sitio y las comunicaciones públicas podrían ser desafíos que enfrenten las autoridades públicas", dijo el funcionario.
Retos para la descarbonización de Taiwán
El reactor recién desactivado inició la operación comercial el 18 de mayo de 1985, 40 años en los que ha generado un total acumulado de aproximadamente 274,16 mil millones de kilovatios-hora de electricidad, según los datos de Taipower.
Se trata de una importante contribución a la generación eléctrica de la isla, aunque este reactor representaba menos del 3 % de la combinación energética de Taiwán durante los picos de demanda, según la agencia EFE.
No obstante, la nuclear representaba más del 16 por ciento de la combinación eléctrica del país antes de 2015 -según un informe de Bloomberg-, por lo que el apagón nuclear taiwanés "tendrá sus costos". En concreto, se espera que Taiwán dependa en un 84% de combustibles fósiles para su combinación eléctrica en 2025, después de estar muy rezagado en sus objetivos de implementación de energía renovable, según la agencia CNA.
De hecho, Bloomberg estima que "teniendo en cuenta el crecimiento de la demanda de energía, Taiwán podría necesitar gastar alrededor de 2.000 millones de dólares más por año en compras de gas natural licuado para 2030" tras el abandono de la energía del átomo.
La oposición taiwanesa, contra el cierre nuclear
Los partidos de oposición de Taiwán han propuesto un nuevo referéndum, posiblemente para agosto, para extender la vida útil de la central nuclear. En concreto, el legislador del Partido Popular de Taiwán, Chang Chi-kai, estimó que eliminar la energía nuclear de la matriz energética aumentará los costos de generación de energía en 100.000 millones de dólares taiwaneses (3.310 millones de dólares estadounidenses) anuales, según citó el informe de Bloomberg.
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