En concreto, el informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 790 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas las de los principales aeropuertos y puertos estatales, y presenta datos exhaustivos de la calidad del aire, desglosados por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.
Los ecologistas consideran relevante constatar cómo el impulso a las renovables, las reducciones en el tráfico y en la quema de combustibles fósiles, junto con la mayor eficiencia y menor consumo de los nuevos vehículos, calderas domésticas e industriales, edificios y equipos electrónicos y eléctricos, han tenido un efecto notorio y positivo sobre la emisión de los contaminantes y la calidad del aire, tal y como se ha apreciado estos años.
Por ello, este hecho marca una senda a seguir para los Planes de Mejora de la Calidad del Aire que, hoy por hoy, apenas están llevando a la práctica la mayor parte de las Administraciones, a pesar de estar obligadas a ello, recuerdan desde la organización. Y es que la disminución del tráfico funciona y es eficaz para mejorar la calidad del aire, puesto que no sólo permite descensos importantes de los índices de contaminación en nuestras áreas urbanas y metropolitanas, sino también en los territorios más alejados que también se ven afectados por la contaminación que se genera en lugares más congestionado.
Umbrales de contaminación
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores límite de la Directiva europea 2024/2881, de 23 de octubre de 2024, que deberán alcanzarse antes de 2030. De acuerdo a esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2024 a casi dos terceras partes de la población española, lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la nueva legislación.
Ecologistas en Acción saluda como un gran avance la aprobación de la nueva Directiva europea de calidad del aire, y confía en que obligue a gobierno y comunidades autónomas a aplicar sin prórrogas medidas eficaces para cumplir en 2030 los nuevos límites legales, en el marco de los preceptivos planes de calidad del aire, así como para mejorar la medición y la información, para lo que la organización pide al gobierno una rápida transposición.
Considerando la normativa todavía vigente, la población que respiró aire contaminado por encima de los límites legales actuales fue de 8,4 millones de personas, un 17 % de la población total, tras quince años de la entrada en vigor de esta normativa. Los territorios más afectados fueron Canarias, la Comunidad de Madrid, zonas limítrofes de ambas Castillas, el interior de Cataluña y Villanueva del Arzobispo (Jaén).
Y si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, el aire contaminado afectó en 2024 a toda la población española y a 410.000 kilómetros cuadrados, el 81 % del territorio.
El ozono troposférico, el principal contaminante
El ozono sigue siendo el contaminante que presenta una mayor extensión y el más estrechamente ligado al cambio climático, presentando la peor situación en la ciudad de Madrid. Coincidiendo con las olas de calor, en 2024 se produjeron 290 superaciones del umbral de información, concentradas en la Comunidad de Madrid, así como 6 superaciones del umbral de alerta en Puertollano y el puerto de Tarragona.
Las elevadas temperaturas veraniegas contribuyeron a aumentar los niveles de ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto. En este sentido, el cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.
Áreas urbanas
La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado. En concreto, las principales áreas urbanas incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno, el contaminante más relacionado con el tráfico. Pero la mayoría de las ciudades siguen sin implantar zonas de bajas emisiones eficaces, como es obligado.
Desde Ecologistas en Acción recuerdan que la única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público eléctrico. También es necesario promover el ahorro energético, ordenar el actual despliegue caótico de las energías renovables, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, reducir el uso del avión, acordar Áreas de Control de Emisiones ambiciosas para el Mar Mediterráneo y el Atlántico Noreste, y una moratoria para las nuevas macrogranjas.
Vencido hace dos años y medio el plazo para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, la mayoría de las ciudades no han cumplido siquiera formalmente esta obligación, denuncian los ecologistas, que piden al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que reclame a los ayuntamientos infractores la devolución de los fondos europeos recibidos.
Un problema sanitario de primer orden
La organización conservacionista afirma que la contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden, ya que según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2022 fallecieron prematuramente hasta 30.000 personas en España por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10.000 de ellas en episodios de alta contaminación, según el Instituto de Salud Carlos III. Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español.
El panorama que se describe en el informe sobre la contaminación del aire, a pesar de su fuerte repercusión para la salud de las personas y el medio ambiente, no es un fenómeno nuevo ni coyuntural. Todo lo contrario: se viene repitiendo de forma sistemática desde hace años.